Los motociclistas sortean el intenso tráfico para llevar ayuda expedita. (Foto: José Roberto Cisneros)
Un grupo de amigos que los fines de semana acostumbra divertirse ‘a mil por hora’ en su motocicleta agarró los cascos tras el terremoto, no solo para protegerse de los efectos del sismo sino para ponerse al servicio de la entrega exprés de ayuda y el traslado de voluntarios a las zonas más requeridas.
“Las motos resultaron ser un vehículo superpositivo para este asunto, por los embotellamientos que hay en la Ciudad, y a mí me ha tocado transportar desde paramédicos, pediatras, gente en convoys y hasta agua, comida, medicinas”, platica a Expansión Sergio Cárdenas.
“Tengo un grupo de amigos con el que salgo los fines de semana en las motos, y desde el primer instante se nos vino a la cabeza movernos en las motos porque es mucho más eficiente. Lo mismo ha hecho toda la cultura del moticiclismo en México, ves gente de todo tipo con motos, y todos entrándole, quien tiene una moto se puso la camiseta”, agrega en entrevista realizada en avenida Salamanca, colonia Roma.
Hablamos con personas que han tomado en sus manos la tarea levantar a la ciudad después del sismo del martes, con tareas cotidianas como repartir víveres, organizar el tráfico y recoger escombros.